La Confederación Andina de Fomento, hoy conocida como CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, nació en 1970 con el objetivo de impulsar la integración andina. Más de cinco décadas después, ha ampliado su influencia a casi toda América Latina, convirtiéndose en una de las principales fuentes de financiamiento para proyectos de impacto social, económico y ambiental.
En el presente, la CAF concentra sus esfuerzos en tres líneas principales:
El futuro de la CAF se perfila como pivote estratégico en la transición ecológica y digital de la región. La creciente crisis climática y la presión de competir en la economía global exigen un organismo financiero que vaya más allá del crédito: que impulse conocimiento, transferencia tecnológica y alianzas internacionales.
La gran interrogante es si la CAF logrará equilibrar su papel como financiador con el de agente transformador. Al final, la reflexión para el lector es inevitable: ¿estamos aprovechando al máximo este banco de desarrollo como palanca de cambio, o seguimos viéndolo solo como una fuente de dinero?
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