Cáceres, epicentro mundial de la longevidad
En el corazón de Extremadura, la ciudad de Cáceres volvió a convertirse en el epicentro mundial del debate sobre la economía plateada —también conocida como silver economy—, un concepto que hace referencia al conjunto de actividades económicas, sociales y tecnológicas vinculadas al envejecimiento activo y la población mayor de 50 años.
Durante los días 30 y 31 de octubre, el Palacio de Congresos de Cáceres acogió a más de 1.200 participantes provenientes de más de 20 países, entre ellos España, Portugal, Francia, México, Chile, Argentina y Colombia.
El evento, organizado por la Junta de Extremadura con el apoyo de instituciones europeas, empresas tecnológicas y universidades, se consolidó como un referente en la materia, ofreciendo una mirada integradora de los desafíos que trae la longevidad, pero sobre todo de las oportunidades económicas, sociales y culturales que de ella derivan.
El congreso no solo fue un espacio de reflexión académica, sino un laboratorio vivo de innovación social, donde se presentaron proyectos reales sobre salud digital, vivienda accesible, movilidad inteligente, envejecimiento activo y participación comunitaria. La Economía Plateada 2025 no se concibió como un encuentro más, sino como una hoja de ruta para el desarrollo de sociedades inclusivas, tecnológicas y sostenibles.
Uno de los ejes centrales del congreso fue el reconocimiento de que el cambio demográfico no es una amenaza, sino un fenómeno estructural que redefine las economías del mundo.
Según datos de Naciones Unidas, para el año 2050 una de cada seis personas en el planeta tendrá más de 65 años. En Europa, esa proporción alcanzará una de cada cuatro. En América Latina, la transición demográfica avanza a gran velocidad: países como Chile, Uruguay, Costa Rica y Cuba ya superan el 15 % de población mayor, mientras que México, Colombia y Brasil experimentan una rápida expansión del grupo de adultos mayores activos.
Este contexto redefine las prioridades económicas y sociales: desde la salud pública y la seguridad social, hasta el urbanismo, la vivienda, el consumo, la educación continua y el mercado laboral.
Como destacó una de las conferencistas principales del evento, la economista española María Ángeles Durán, “vivimos más y mejor, pero no estamos preparados para aprovechar esa longevidad como una fuerza transformadora de nuestras economías. La economía plateada es la nueva economía del bienestar, de la experiencia y de la inteligencia acumulada”.
Uno de los espacios más valorados del congreso fue el foro dedicado a la innovación tecnológica aplicada al envejecimiento activo. Allí se presentaron desarrollos en inteligencia artificial, domótica, teleasistencia avanzada y salud digital, pensados para mejorar la autonomía de las personas mayores y reducir los costes sociales asociados al cuidado.
Empresas emergentes de España, Portugal y América Latina mostraron cómo las soluciones tecnológicas pueden transformar la atención sanitaria, el transporte y la convivencia intergeneracional.
Ejemplos concretos fueron los proyectos de “viviendas inteligentes” diseñadas para facilitar la movilidad de personas mayores, y las plataformas digitales que promueven el acompañamiento virtual y la educación continua.
La sección sobre emprendimiento sénior también despertó gran interés. Se destacaron historias de profesionales mayores de 60 años que decidieron fundar sus propias empresas o participar en programas de mentoría para jóvenes emprendedores.
Como señaló el experto portugués Luís Simões, “la longevidad debe dejar de verse como una carga y comenzar a entenderse como capital humano de alto valor. Las personas mayores poseen experiencia, red de contactos y conocimiento; son aliados naturales de la innovación social”.
Uno de los temas transversales fue el vínculo entre longevidad y desarrollo sostenible. En las ponencias se insistió en que la economía plateada debe integrarse con las estrategias territoriales de sostenibilidad, especialmente en regiones rurales y de baja densidad poblacional, como Extremadura o varias zonas de América Latina.
El congreso subrayó la importancia de generar ecosistemas locales de bienestar, donde la atención social, el turismo sénior, la vivienda adaptada y los servicios de proximidad se articulen en torno a la sostenibilidad ambiental y económica.
Proyectos piloto en Cáceres, Badajoz y Mérida fueron presentados como modelos replicables en ciudades latinoamericanas de tamaño medio, donde el envejecimiento poblacional se combina con el reto de la despoblación rural.
El concepto de “territorio amigable con la edad” fue protagonista: se trata de diseñar ciudades inclusivas, accesibles y sostenibles, con infraestructura adaptada y servicios que fomenten la autonomía.
Uno de los aspectos más relevantes del Congreso 2025 fue la creciente presencia latinoamericana. Delegaciones de México, Chile, Colombia, Argentina, Perú y Brasil participaron en las mesas de debate, compartiendo experiencias y proyectos en torno a la longevidad.
América Latina vive un momento clave: mientras algunos países aún disfrutan del llamado “bono demográfico”, otros ya enfrentan los desafíos de la transición hacia sociedades envejecidas.
Por eso, la cooperación con Europa —y en particular con España— se convierte en un puente estratégico para el diseño de políticas públicas, el intercambio tecnológico y la formación de talento especializado.
Durante el evento se anunció la creación de un Consorcio Iberoamericano de Economía Plateada, una red que busca fortalecer la colaboración entre instituciones públicas, universidades y empresas de ambos continentes.
Este consorcio promoverá programas conjuntos en innovación social, salud, formación digital y empleo sénior, con la meta de generar oportunidades económicas en torno al envejecimiento activo.
El congreso reunió a representantes de la Comisión Europea, la Junta de Extremadura, el Ministerio de Inclusión de España y la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), junto a alcaldes y gestores locales.
Todos coincidieron en que la economía plateada requiere políticas públicas intersectoriales, capaces de conectar la salud con la innovación, la educación con el empleo y la tecnología con la inclusión social.
El mensaje fue claro: la longevidad no debe abordarse como gasto, sino como inversión en capital humano. Las políticas de envejecimiento activo pueden impulsar el crecimiento económico, fortalecer el tejido empresarial y reducir las desigualdades.
Entre las propuestas más destacadas estuvo la creación de laboratorios de innovación social y parques tecnológicos especializados en longevidad, con incentivos fiscales para empresas que desarrollen productos o servicios orientados a la población mayor.
Cáceres ha sabido posicionarse como una referencia internacional en envejecimiento activo y desarrollo territorial.
La elección de esta ciudad no fue casual: su modelo de ciudad patrimonio, su ecosistema de innovación pública y su apuesta por la sostenibilidad han hecho de ella un referente de cómo la economía plateada puede dinamizar regiones tradicionalmente periféricas.
El evento generó un impacto económico inmediato —con una ocupación hotelera superior al 90% durante la semana del congreso—, pero también dejó una huella duradera: la consolidación de Cáceres como capital iberoamericana de la longevidad.
Se anunció incluso la creación de un Centro Internacional de Investigación en Economía Plateada, que servirá como plataforma de cooperación científica entre Europa y América Latina.
El congreso apostó por cambiar la narrativa cultural del envejecimiento.
Los mayores no son solo beneficiarios de políticas sociales: son protagonistas activos de la transformación digital y social.
La economía plateada, en este sentido, impulsa una visión positiva, donde la experiencia, la sabiduría y la empatía son motores de progreso.
El envejecimiento, entendido desde esta perspectiva, se convierte en un nuevo paradigma de bienestar y sostenibilidad, donde las generaciones colaboran, aprenden y se cuidan mutuamente.
El Congreso Internacional de Economía Plateada 2025 ha dejado una huella profunda.
Desde Extremadura, una región que combina historia, patrimonio y futuro, se lanzó un mensaje universal: el bienestar de las personas mayores es el bienestar de toda la sociedad.
El evento demostró que el envejecimiento activo puede ser un motor de desarrollo económico, cohesión territorial e innovación tecnológica.
En un contexto global marcado por la incertidumbre, Cáceres ofreció una visión esperanzadora: una sociedad donde la longevidad no se teme, sino que se celebra; donde la tecnología se humaniza; y donde la cooperación entre Europa y América Latina abre una nueva era de oportunidades compartidas.
La economía plateada, más que un concepto, es ya una estrategia de futuro.
Una economía del cuidado, del conocimiento y del respeto intergeneracional.
Y Cáceres, con su visión pionera, se ha convertido en el símbolo del nuevo contrato social de la longevidad.
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