El término Silver Economy define el conjunto de actividades económicas, productos, servicios y políticas orientadas a mejorar la calidad de vida de las personas mayores de 50 años. No se trata solo de una oportunidad de mercado, sino de una revolución demográfica y cultural que está reconfigurando la economía mundial.
En Europa, los mayores de 55 años representan ya más del 40% del consumo total, y se prevé que en 2030 la llamada “población plateada” supere los 230 millones de personas. En América Latina, el fenómeno es más reciente, pero avanza a gran velocidad: para 2050, uno de cada cuatro latinoamericanos tendrá más de 60 años.
Esta tendencia plantea una paradoja fascinante: mientras en el Norte Global el reto es sostener la calidad de vida y la autonomía de una población envejecida, en el Sur Global el desafío está en preparar las estructuras sociales y económicas para este cambio sin precedentes.
El congreso celebrado en Cáceres no es un hecho aislado. Representa la consolidación de una estrategia regional de Extremadura que combina innovación social, digitalización y bienestar.
El evento, organizado por la Junta de Extremadura junto a entidades europeas y locales, ha mostrado un modelo replicable para territorios latinoamericanos: una alianza entre lo público, lo privado y lo comunitario.
Durante los dos días del encuentro se presentaron más de 40 ponencias, talleres y mesas redondas sobre temas como la inteligencia artificial aplicada al cuidado, la vivienda colaborativa, el turismo senior, la salud preventiva, la participación ciudadana y las nuevas tecnologías al servicio de la autonomía.
Este enfoque integral demuestra que la Economía Plateada no solo crea riqueza, sino que promueve cohesión social, empleo de calidad y sostenibilidad.
Latinoamérica, a pesar de su diversidad, comparte desafíos comunes en materia de envejecimiento y desigualdad. Países como Colombia, Chile, Uruguay, Argentina, Costa Rica y México comienzan a experimentar una transición demográfica acelerada. Sin embargo, la mayoría de los sistemas de salud y pensiones aún no están preparados.
Desde la perspectiva de Cáceres y la experiencia española, se pueden extraer cinco aprendizajes clave para la región:
Para materializar esta cooperación entre Cáceres y Latinoamérica, se propone una agenda de conexión estratégica basada en tres ejes:
Eje 1: Innovación y emprendimiento plateado
Crear un programa de incubación internacional entre startups de Extremadura y América Latina en torno a la Silver Economy.
Ejemplos de áreas:
Eje 2: Transferencia de conocimiento y políticas públicas
Desarrollar redes de cooperación académica y municipal entre Cáceres y ciudades latinoamericanas (como Medellín, Montevideo o Valparaíso), para compartir buenas prácticas en envejecimiento activo y políticas sociales.
Eje 3: Diplomacia plateada
Posicionar a Cáceres como “Capital Iberoamericana de la Economía Plateada”, promoviendo cada año un foro binacional de innovación social, en colaboración con la OEI, SEGIB y CAF.
Más allá de la economía, el gran cambio de paradigma que impulsa este movimiento es cultural.
Durante el congreso, una frase se repitió con fuerza: “La edad no limita la innovación, la potencia”.
Este nuevo relato nos invita a imaginar sociedades donde la madurez es sinónimo de creatividad, sabiduría y energía social.
En América Latina, donde la solidaridad familiar y comunitaria siguen siendo pilares del tejido social, este mensaje adquiere un valor transformador.
La conexión con Cáceres y con la experiencia española puede ofrecer un espejo esperanzador: envejecer no es retirarse, sino reactivarse.
Si América Latina y España trabajan de forma conjunta, pueden crear una macroregión de innovación social que combine la experiencia europea con la vitalidad latinoamericana.
Imaginemos un corredor de cooperación entre Extremadura, Medellín, Santiago, Buenos Aires y Ciudad de México, articulando proyectos en longevidad, tecnología, salud y cultura.
Esta alianza podría convertirse en una nueva diplomacia del cuidado y la innovación humana, generando empleo, inversión y cohesión.
El Congreso de Cáceres ha demostrado que la Economía Plateada es una oportunidad global.
Europa y América Latina no deben competir en este terreno, sino cocrear un modelo conjunto, basado en la ética del cuidado, la sostenibilidad y la inteligencia colectiva.
Cáceres tiene los recursos, la visión y el liderazgo institucional para ser el nodo que conecte ambos continentes en torno a esta causa.
Y Latinoamérica tiene el talento, la juventud y la creatividad necesarios para convertir este reto en un motor de desarrollo humano y económico.
La longevidad no es un final: es una nueva frontera.
Una frontera donde Europa y América Latina pueden encontrarse, reconocerse y construir juntas el futuro plateado del planeta.
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