La llamada Silver Economy o “Economía Plateada” se ha definido como el conjunto de actividades productivas, tecnológicas, sociales y culturales vinculadas al envejecimiento poblacional.
Pero su significado trasciende los números: no se trata de una “economía para mayores”, sino de una economía con alma, centrada en el bienestar integral, la participación activa y la contribución social de las personas mayores de 50 años.
En Europa, los mayores representan ya más del 40% del gasto de consumo, y la cifra crece cada año.
En América Latina, aunque la transición demográfica es más reciente, se estima que para 2050 uno de cada cuatro habitantes será mayor de 60 años, un fenómeno que modificará profundamente las estructuras económicas, sanitarias y culturales del continente.
Por ello, hablar de Economía Plateada es hablar de un cambio civilizatorio: un movimiento que redefine la idea misma de progreso y plantea un modelo de desarrollo basado en la longevidad activa, el cuidado sostenible y la dignidad en todas las etapas de la vida.
El Congreso Internacional de Economía Plateada ha demostrado que Cáceres no solo es una sede geográfica: es un laboratorio vivo de políticas públicas y cooperación social.
El evento, impulsado por la Junta de Extremadura, el SEPAD (Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia) y la Fundación Mayores de Hoy, reunió a representantes de gobiernos, universidades, empresas tecnológicas y organizaciones sociales.
El objetivo fue claro: convertir la longevidad en motor de crecimiento y cohesión.
Entre los ejes temáticos destacados estuvieron la salud digital, la vivienda colaborativa, el envejecimiento activo, el emprendimiento senior y la inclusión tecnológica.
Las ponencias de expertos europeos mostraron cómo la digitalización, cuando se pone al servicio de las personas, puede mejorar la calidad de vida y prolongar la autonomía, pero también crear nuevas oportunidades de negocio y empleo.
El caso de Cáceres evidencia una verdad esencial: la longevidad no debe ser un desafío asistencial, sino una oportunidad de desarrollo económico y humano.
América Latina enfrenta un punto de inflexión demográfica. Países como Colombia, Chile, Uruguay y Costa Rica están experimentando un rápido aumento de la población mayor, al tiempo que persisten brechas en protección social, acceso a la salud y desigualdad económica.
En este contexto, el modelo extremeño ofrece una hoja de ruta adaptable y solidaria.
Cinco lecciones pueden guiar la cooperación entre Cáceres y Latinoamérica:
Estas lecciones son extrapolables a ciudades latinoamericanas que buscan un modelo de desarrollo más humano, inclusivo y sostenible.
Cáceres podría convertirse en el epicentro de una alianza iberoamericana por la longevidad activa.
Esta conexión tendría tres dimensiones principales:
El objetivo es consolidar un ecosistema transatlántico del cuidado y la innovación social, en el que España y América Latina colaboren para generar políticas públicas, soluciones tecnológicas y programas comunitarios que respondan a las necesidades de una sociedad longeva.
Uno de los temas más debatidos en el Congreso fue el papel de la tecnología en la atención y acompañamiento de las personas mayores.
Expertos de diferentes países coincidieron en que la tecnología debe ser un medio para la autonomía, no un sustituto de la humanidad.
Los proyectos de teleasistencia avanzada, inteligencia artificial ética y plataformas de acompañamiento digital demuestran que la inclusión tecnológica puede romper la brecha generacional si se desarrolla con sensibilidad social.
En América Latina, este enfoque puede traducirse en oportunidades para el emprendimiento juvenil con impacto: startups sociales que creen soluciones tecnológicas para mejorar la vida de los mayores, en alianza con municipios y universidades.
Así, la economía plateada puede ser el punto de encuentro entre generaciones, donde la juventud innova y los mayores inspiran.
Otro de los pilares del congreso fue el turismo senior como motor de desarrollo sostenible.
Cáceres, con su patrimonio histórico, su gastronomía y su entorno natural, se está posicionando como un destino de bienestar y experiencia cultural para mayores activos.
Este modelo puede ser replicado en países latinoamericanos con gran potencial turístico, como Perú, Colombia, México o Argentina, donde el turismo de experiencia y salud puede crecer si se vincula con la población sénior internacional.
El turismo plateado no solo genera ingresos, sino que fomenta la diversidad, el intercambio cultural y la cooperación intergeneracional.
La gran lección del evento es que el cuidado debe ser reconocido como una fuerza productiva.
La atención a la dependencia, el acompañamiento comunitario y los servicios de salud y bienestar generan empleo, innovación y cohesión social.
En lugar de considerarse un gasto público, el cuidado debe ser visto como una inversión en humanidad.
América Latina puede liderar esta visión, transformando sus redes familiares y comunitarias en modelos de economía social y solidaria, apoyadas por tecnología y políticas inclusivas.
El Congreso de Cáceres 2024 dejó un mensaje que resonó entre los asistentes:
“La longevidad no es un problema que resolver, sino un logro que debemos aprender a gestionar.”
Europa y América Latina comparten una raíz cultural, lingüística y afectiva que las convierte en socias naturales para construir un modelo global de longevidad digna.
Un modelo donde la salud, la cultura y la innovación se articulen para garantizar una vida plena, participativa y sostenible para todas las edades.
Cáceres ha demostrado que la Economía Plateada no es una tendencia pasajera, sino un cambio estructural en la forma de entender la economía y la vida.
Desde el corazón de Extremadura, esta ciudad propone un nuevo relato: el de una humanidad que aprende a valorar el tiempo, la sabiduría y el vínculo social por encima de la productividad ciega.
Latinoamérica, con su riqueza humana, su creatividad y su resiliencia, tiene la oportunidad de sumarse a esta revolución plateada, aportando su calidez, su talento y su visión comunitaria.
La alianza entre Cáceres y América Latina no es solo una colaboración institucional, sino una misión histórica: cocrear un modelo de civilización donde envejecer sea sinónimo de plenitud, propósito y participación.
Porque el futuro —como se repitió una y otra vez en los pasillos del congreso— será plateado, sostenible y humano.
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