El nuevo conflicto en Oriente Medio ha vuelto a sacudir la política internacional y, aunque América Latina se encuentra lejos geográficamente del epicentro, su papel diplomático y económico se redefine día a día. La región, históricamente neutral en los grandes conflictos globales, enfrenta una disyuntiva estratégica: mantener su tradicional postura de no alineamiento o aprovechar el escenario global para fortalecer alianzas con Europa, Estados Unidos y potencias emergentes. Este artículo analiza cómo los gobiernos latinoamericanos están respondiendo ante la crisis, los riesgos de alineamientos prematuros y las oportunidades de construir una diplomacia moderna, pragmática y con voz propia.
