El boom del trabajo remoto transformó no solo la vida laboral, sino también la movilidad internacional. En respuesta, varios países comenzaron a ofrecer visados específicos para atraer a los llamados “nómadas digitales”: profesionales que trabajan en línea mientras se desplazan entre ciudades y continentes. América Latina, con su riqueza cultural, costos de vida accesibles y creciente infraestructura tecnológica, aparece como un destino atractivo. Sin embargo, la región enfrenta tensiones: regulaciones fragmentadas, inseguridad, desigualdad digital y la amenaza de una gentrificación acelerada en barrios urbanos. Este artículo analiza si los visados digitales pueden convertir a la región en la próxima meca de los trabajadores remotos o si quedarán como iniciativas aisladas incapaces de transformar de fondo las economías locales.