El actual conflicto en el Oriente Medio no solo ha alterado los equilibrios geopolíticos del planeta, sino que también ha desencadenado una serie de efectos económicos que alcanzan las costas de América Latina. En medio de la incertidumbre internacional, la región enfrenta una doble oportunidad: fortalecer su autonomía económica y consolidarse como un proveedor global de estabilidad energética, alimentaria y de recursos estratégicos. Este artículo analiza los impactos inmediatos y las proyecciones a largo plazo que definirán el papel latinoamericano en la nueva economía global que emerge de la guerra.
El conflicto armado en Oriente ha acelerado una transformación profunda en la política internacional, empujando a América Latina a redefinir su papel diplomático. Este artículo analiza cómo los gobiernos de la región —desde Brasil hasta México, pasando por Chile, Argentina y Colombia— están navegando entre las presiones de las potencias globales, los intereses energéticos y las oportunidades que surgen de un nuevo escenario multipolar. En medio de tensiones globales, Latinoamérica busca consolidarse como un actor con voz propia en la escena internacional.
Mientras Oriente y Occidente se enfrentan por recursos, hegemonía y rutas comerciales, América Latina observa desde su posición geográfica y política una oportunidad sin precedentes. En medio de la inestabilidad internacional, la región puede redefinir su papel global y consolidarse como un bloque de equilibrio entre potencias, un espacio de cooperación, sostenibilidad y diálogo. Este artículo profundiza en el papel que puede desempeñar América Latina en el nuevo orden mundial, analizando sus desafíos estructurales, sus fortalezas energéticas y su potencial diplomático en una era marcada por el cambio y la incertidumbre.
La guerra en Oriente ha reconfigurado el tablero geopolítico mundial, creando un escenario en el que América Latina vuelve a ser un territorio de interés estratégico. En medio de la tensión entre las grandes potencias, los países latinoamericanos deben definir su papel: ¿serán simples proveedores de materias primas o actores diplomáticos activos en la reconstrucción del equilibrio global? Este artículo explora cómo la región puede aprovechar su posición neutral, sus recursos naturales y su capital humano para transformarse en un interlocutor relevante entre Oriente y Occidente, evitando caer nuevamente en la trampa de la dependencia económica.
El siglo XXI abre una etapa de diálogo intercultural entre Europa y los pueblos indígenas latinoamericanos donde la educación emerge como un puente de reconciliación, cooperación y futuro. Este artículo analiza cómo el intercambio académico, la investigación participativa y las políticas de inclusión educativa pueden transformar la relación entre ambos continentes, impulsando una verdadera alianza de saberes. Desde programas europeos de cooperación universitaria hasta experiencias locales en comunidades indígenas, se examina cómo la educación intercultural puede convertirse en el motor de un nuevo pacto de respeto y sostenibilidad entre civilizaciones.
Más allá de los fondos de inversión, los programas de incubación y el entusiasmo de los ecosistemas tecnológicos, hay un factor silencioso pero decisivo en la internacionalización de las startups latinoamericanas: la política. Las decisiones de los gobiernos europeos sobre visados, tratados comerciales, incentivos fiscales y cooperación internacional están redefiniendo el mapa de oportunidades para miles de emprendedores latinos que buscan en el viejo continente un terreno fértil para crecer. Este artículo analiza cómo la política se convierte en un puente —o en un muro— para quienes apuestan por cruzar el Atlántico, explorando los casos concretos, las tensiones geopolíticas y los escenarios que se abren en la relación entre Latinoamérica y Europa.
Aunque Europa necesita con urgencia trabajadores en sectores estratégicos, mantiene barreras burocráticas y políticas que dificultan la entrada y la regularización de migrantes latinoamericanos. Este reportaje revela cómo las restricciones generan exclusión, irregularidad y vulnerabilidad, y cuestiona la coherencia entre el discurso de atracción de talento y la práctica de control fronterizo.
Europa enfrenta un déficit crítico de mano de obra en sectores como salud, construcción, tecnología, energías renovables y cuidados. Mientras tanto, América Latina cuenta con una población joven y capacitada que busca oportunidades. Este reportaje analiza cómo la región puede aprovechar esa brecha laboral para convertirse en socio estratégico del viejo continente.
La movilidad laboral latinoamericana hacia Europa no depende solo de visas o empleadores: está profundamente ligada a decisiones políticas y diplomáticas. Este análisis explora cómo acuerdos migratorios, programas de talento y cooperación birregional pueden abrir oportunidades para trabajadores y emprendedores latinos, y advierte sobre los riesgos de repetir viejas dinámicas de dependencia.
Uno de cada doce habitantes del planeta es hoy iberoamericano, una realidad geográfica conformada por más de 600 millones de habitantes , lo que supone el doble de la población de EEUU y por poco casi el total de la población de todo el continente europeo. Una realidad lingüística que en el ámbito del castellano supone más de 599 millones de hispanohablantes y una economía con un PIB en Latinoamérica en crecimiento con un dato regional con expectativas de crecimiento del 2, 7% y 2, 6% para 2025 y 2026, datos que sumados al PIB de España con 3,2 suponen en datos comparativos la superación del PIB de EEUU En 2024 fijado en 2,8 y el acercamiento al 4,1% del PIB de potencias como Rusia.Pero es que la realidad de la Comunidad Iberoamericana viene a aportar además datos que ponen de manifiesto la importancia de la unión jurídica, económica y política de esta realidad en el escenario global. Hoy, la unificación de estas realidades llevarían a cabo la creación de un nuevo referente mundial que atesoraría recursos tan fundamentales como el Litio – básico para el proceso de revolución tecnológica e industrial en el siglo XXI- concentrado en su 50% en esta región, las 2/5 del cobre y la cuarta parte del niquel mundial. Elementos que sumados a la potencia en el ámbito del hidrógeno verde y las energías renovables que sitúan a España como país que formaría parte de esa comunidad convertirían a la Comunidad Iberoamericana de Naciones como uno de los líderes mundiales actuales.
Los retos que afronta Latinoamérica a nivel político, económico, educativo, medioambiental, migratorio o de seguridad serán analizados por expertos internacionales este jueves y viernes en Nueva York en el Foro Global América Latina y el Caribe 2022. El encuentro, que tendrá lugar de forma virtual y presencial, reunirá a expresidentes de la región como la costarricense Laura Chinchilla y el dominicano Leonel Fernández, ministros como el de Hacienda y Crédito Público de Colombia, José Antonio Ocampo, y representantes de instituciones internacionales, entre otros, según un comunicado de los organizadores.
El vecino del norte vive hoy una evidente polarización que coloca, de un lado, a los que coinciden con los demócratas y apoyan sus iniciativas liberales; del otro, los miembros de una derecha cada vez más refractaria a los cambios, especialmente a aquellos que puedan significar la más leve afectación a sus intereses personales o de grupo.Este último grupo es la evidencia del avance y consolidación de un conservadurismo rampante que si bien ha estado presente en la historia de esta nación se ha acrecentado, motivado por la narrativa de quien hoy dibuja un escenario apocalíptico para apelar a la vuelta de “un líder salvador” que garantice una “América nuevamente grande”, compromiso que se vio truncado hace dos años con su derrota en las urnas.A casi dos años de haber juramentado en las escalinatas de “El Capitolio”, Joe Biden, aquel 20 de enero de 2021, luego del nefando intento de golpe de Estado del 6 de enero, ofreció a sus conciudadanos, “a los que me dieron su voto y a los que no”, trabajar a favor del desarrollo económico para todas y todos, y, especialmente, darle la vuelta a la página que marcaba, de manera preocupante, una polarización que, se anticipaba, evitaría un tránsito ordenado y pacífico hacia una sociedad más moderada.Ese discurso no permeó como el flamante mandatario lo deseaba.