Sencillamente , NO, no toca hoy mirar a otro lado mientras el mundo se adentra en el abismo de la sinrazón, el totalitarismo , el fascismo y el conflicto de la radicalidad entre polos. No, no toca hoy aparecer impávido ante la muerte de la libertad y al asesinato en directo del significado mismo del principio de igualad a golpe de talonario de los nuevos ideólogos del nazismo patrio 4.0 que con su riqueza quieren hacer claudicar el espíritu mismo de la democracia en el mundo actual. No toca, volver a cometer el error del pasado, ese que en la Alemania de la constitución de Weimar – una de las mas avanzadas de su época – permitió la erupción del Nazismo y el liderazgo de Hitler en un embelesamiento del ideal ario mientras con la ignominia e ignorancia del pueblo alemán la maquinaria de la sinrazón condenaba a más de 15 millones de víctimas en un Holocausto de dolor y muerte en los campos de concentración de la vieja Europa.
Sin duda, el fallecimiento de la reina Isabel II es un parteaguas en la historia universal. La más longeva de las tres mujeres monarcas británicas (Isabel I y Victoria I) de uno de los imperios más importantes de la era moderna, deja una huella indeleble no sólo por lo largo de su reinado, además, por su papel en la etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), período que le tocó cumplir a la muerte de su padre, Jorge VI, quien se convirtió en rey debido a la decisión de su hermano, Eduardo VIII, de optar por el amor “de la plebeya” Wally Simpson, y no por el cetro y el trono del Imperio Británico.
No por menos, en este sentido, la agencia de calificación Fitch estima de esta forma que si se mantiene el cierre total del suministro durante el invierno, la eurozona sufrirá un impacto de entre 1,5 y 2 puntos porcentuales del PIB a lo largo del 2023. Y frente todo ello, una ciudadanía que exigirá más pronto que tarde la finalización de la guerra en Ucrania como consecuencia de la propia merma de sus capacidades económicas y de su sociedad de bienestar, o del aumento de su incertidumbre en un escenario inflacionista en un marco de colisión de diversas crisis que hoy eclosionan ante nosotros : La de los suministros, la logística, la derivada del conflicto ucraniano o la propia del cambio de modelo productivo y laboral en el marco de la denominada cuarta revolución tecnológica. Es así, como el juego del ajedrez del mandatario ruso hoy impulsa su estrategia al desgaste de la economía europea, el aumento del descontento de la ciudadanía del viejo continente o la generación del descontento ante la clase política europea ante la incapacidad de la toma de decisiones acertadas para su ciudadanía como hoy repiten constantemente los altavoces mediáticos del imperio ruso.