Las universidades latinoamericanas están en un proceso de metamorfosis. Pasan de ser centros tradicionales de transmisión de conocimiento a convertirse en laboratorios vivos donde se cruzan la inteligencia artificial, la economía digital, los emprendimientos y las nuevas demandas de los jóvenes que enfrentan la cuarta revolución industrial. Este reportaje analiza cómo se está dando esa transición en países como México, Colombia, Chile, Brasil y Argentina; cuáles son los motores que impulsan el cambio; qué papel juegan los visados para nómadas digitales en la internacionalización académica; y cuáles son los dilemas éticos, sociales y financieros que enfrentan las instituciones. La pregunta de fondo es clara: ¿podrán las universidades de la región convertirse en semilleros de innovación y movilidad social, o quedarán rezagadas frente a los grandes polos de conocimiento global?
Bogotá ha dado un paso trascendental en su historia reciente con la construcción del Campus de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTIB), un megaproyecto que no solo busca modernizar la capital colombiana, sino convertirla en referente regional de emprendimiento, investigación y desarrollo. Con una inversión inicial de más de 133 millones de dólares y la promesa de generar más de 13.600 empleos, la iniciativa plantea un horizonte ambicioso: transformar a Bogotá en un nodo latinoamericano comparable con Barcelona, Tel Aviv o Medellín en materia de innovación. Este artículo analiza, en un tono esperanzador y constructivo, los retos y oportunidades que supone este proyecto, resaltando la importancia de la cooperación internacional, la participación ciudadana y la visión de futuro.
Pamela Hsieh, cofundadora de Alibaba y hoy impulsora del fondo Pachamama Capital, lanzó un mensaje directo a los emprendedores latinoamericanos: diseñar startups solo para el mercado local es un error que limita el crecimiento. La lección que dejó la expansión del gigante asiático es clara: pensar en clave regional y global desde el inicio, apoyarse en la inteligencia artificial y la deep tech para incluir a millones de personas en el sistema financiero, y conectar con fondos internacionales que apuesten por América Latina como un ecosistema emergente. El reto está en superar las barreras culturales, regulatorias y de capital, y en no perder de vista la oportunidad de construir alianzas estratégicas con Europa.
Iberoamérica se consolida como un territorio de innovación gracias a hubs como São Paulo, Ciudad de México, Bogotá, Medellín, Madrid y Barcelona. Estos ecosistemas están atrayendo inversión internacional, talento joven y capital de riesgo, reconfigurando el panorama del emprendimiento global.