​Europa y América Latina: el nuevo eje digital del siglo XXI

|

IMG 0D260B622009 1



https://www.linkedin.com/posts/laurarecruitmentitstartups_congreso-iberoamericano-startups2025-activity-7383946091190292480-iVl3?utm_medium=ios_app&rcm=ACoAAC5Nr20B5adJSpawSRf-_RxrtsMBiJy_go0&utm_source=social_share_send&utm_campaign=share_via


El siglo XXI avanza con una transformación profunda: el poder ya no se mide solo por la economía o la fuerza militar, sino por la capacidad digital, la gestión de datos y la innovación tecnológica. En este contexto, Europa y América Latina están trazando un camino conjunto hacia una alianza digital estratégica, impulsada por valores comunes: la sostenibilidad, la equidad y la ética en el uso de la tecnología.


Durante décadas, el diálogo entre ambos continentes se centró en el comercio y la cooperación política. Sin embargo, en los últimos cinco años, la conversación ha dado un giro estructural. La digitalización, la inteligencia artificial (IA), la ciberseguridad y la educación tecnológica se han convertido en pilares del nuevo eje birregional.

En palabras de la comisaria europea de Innovación, Mariya Gabriel, “Europa y América Latina comparten algo más que historia: comparten una visión sobre el futuro digital centrado en el ser humano, donde la tecnología no sustituye a las personas, sino que potencia su capacidad creativa.”


La nueva alianza digital entre Europa y América Latina no es solo una transferencia de conocimiento o recursos. Es un proceso de co-desarrollo, en el que ambos bloques aprenden, experimentan e innovan de manera conjunta.

Uno de los puntos más destacados es la Iniciativa Global Gateway de la Unión Europea, que destina miles de millones de euros a proyectos de conectividad sostenible, infraestructura tecnológica y educación digital en países latinoamericanos.

Paralelamente, gobiernos latinoamericanos como los de Chile, Colombia, México y Brasil han lanzado agendas nacionales de transformación digital con un enfoque inclusivo y ético, estableciendo marcos regulatorios que dialogan con los estándares europeos.

La meta común: una sociedad digital más justa, más verde y más humana.


Mientras en otras regiones la inteligencia artificial se ha convertido en un tema de competencia geopolítica, la visión birregional entre Europa y América Latina apuesta por un modelo distinto: una IA ética, responsable y al servicio del bien común.

Europa lidera la creación de un marco regulatorio pionero, el AI Act, que busca garantizar transparencia, seguridad y respeto por los derechos humanos. En paralelo, universidades latinoamericanas y centros tecnológicos están desarrollando algoritmos con enfoque social: inteligencia artificial aplicada a la agricultura sostenible, la salud pública o la gestión ambiental.


En São Paulo, por ejemplo, el Centro de Innovación Latinoamericana en Ética y Tecnología (CILAT) trabaja junto a investigadores españoles y franceses para crear estándares comunes de evaluación ética de sistemas automatizados.

Su directora, la investigadora colombiana Diana Gaitán, resume el espíritu del proyecto:

“Queremos demostrar que América Latina no solo adopta tecnología, sino que también diseña los valores que deben guiarla.”


Detrás del discurso de la innovación, existe un componente estructural: la infraestructura digital. Sin conectividad, no hay inclusión.

Por eso, el eje euro-latinoamericano se centra también en reducir la brecha digital que todavía afecta a millones de personas en zonas rurales y periferias urbanas.

El cable submarino EllaLink, inaugurado en 2021, fue el primer paso concreto de esta cooperación: conecta directamente Portugal y Brasil, reduciendo drásticamente la latencia de conexión entre ambos continentes y creando una “autopista de datos” que ya beneficia a universidades, empresas y gobiernos.

A partir de ese hito, se han lanzado nuevos proyectos de nubes soberanas, plataformas de datos abiertos y ecosistemas de innovación compartidos, con el objetivo de crear un espacio digital birregional.

El horizonte es claro: una infraestructura donde Europa y América Latina no solo estén conectadas técnicamente, sino también digital y culturalmente integradas.


El verdadero motor de la transformación digital no son los algoritmos, sino las personas.

Por eso, las políticas birregionales se enfocan en educación, formación técnica y liderazgo digital.

El programa Erasmus+ América Latina, ampliado recientemente, ofrece becas conjuntas para carreras tecnológicas, ingeniería de datos y liderazgo digital sostenible. Además, universidades como la Politécnica de Madrid, la Universidad de São Paulo y la Pontificia Universidad Católica de Chile han creado campus digitales compartidos, donde estudiantes de ambos continentes colaboran en proyectos de innovación social y tecnológica.

En Bogotá, una red de mujeres programadoras, Latinas Code Europe, está formando más de 5.000 jóvenes en habilidades STEAM con apoyo de la Comisión Europea y empresas del ecosistema digital.

La iniciativa demuestra que la equidad de género también es una revolución tecnológica.


El nuevo eje digital no solo busca crear empresas tecnológicas, sino transformar el modelo económico hacia una economía más verde y sostenible.

Europa aporta su experiencia en transición energética y políticas verdes; América Latina, su enorme potencial natural y creatividad emprendedora.

Empresas mixtas están desarrollando plataformas de trazabilidad digital del carbono, aplicaciones para agricultura inteligente, y sistemas de energía distribuida basados en blockchain.

El resultado es un mercado birregional que combina innovación tecnológica con sostenibilidad ambiental, creando un nuevo paradigma de desarrollo.


Más allá de la economía, existe una dimensión simbólica profunda en esta alianza.

Europa y América Latina comparten una lengua digital en construcción, donde la cultura, el arte y la innovación convergen en entornos virtuales y creativos.

Festivales digitales, laboratorios de arte y tecnología, y plataformas culturales compartidas están reforzando la idea de que el Atlántico ya no separa, sino que conecta mentes creativas.

Como señala la analista cultural española María del Sol Estrada:

“Lo digital no borra las identidades, las expande. En este nuevo eje, el arte latinoamericano y la innovación europea se retroalimentan como espejos de futuro.”

Desafíos y perspectivas

El camino, sin embargo, no está exento de retos. Persisten brechas digitales, desigualdades en acceso a la tecnología, y la necesidad urgente de políticas públicas que protejan la privacidad y los derechos digitales.

Además, la competencia global entre grandes potencias tecnológicas obliga a ambos continentes a definir su propio modelo de soberanía digital.

Aun así, el momento histórico es propicio.

Por primera vez en décadas, Europa y América Latina se miran de igual a igual, no solo como socios comerciales, sino como socios tecnológicos y culturales en un mundo que busca equilibrio entre innovación, ética y humanidad.

Conclusión: el Atlántico se hace digital

El siglo XXI pertenece a quienes logren unir tecnología y valores.

Europa y América Latina tienen la oportunidad de construir el primer espacio digital transatlántico con rostro humano, basado en la cooperación, la inclusión y la sostenibilidad.

Más que un puente entre continentes, este nuevo eje digital representa una declaración global:

“El futuro no será de quienes más controlen los datos, sino de quienes sepan usarlos para construir un mundo más justo.”


Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.